Cuando hablamos de ballet, lo primero que viene a la mente son zapatillas rosa, moños y tutús, todo esto, envuelto en algún tipo de encanto, que de alguna forma atrae. Pero en sí, se podría decir, que el ballet realmente es el arte en toda su expresión.
Todos sabemos que el ballet es una danza milenaria, para ser precisa, nació en el siglo XV moviéndose de Italia a Francia. En ese entonces, no era como lo conocemos hoy en día, es decir, no había una figura representativa de un bailarín o bailarina. Para el siglo XX, el ballet comenzó a expandirse internacionalmente.
Desde entonces, la danza clásica se ha mantenido, ha evolucionado y ha cautivado a miles y miles de personas en todo el mundo. Con pasos y posiciones específicas, que hacen de este arte, algo realmente maravilloso. Basándose en el control absoluto del cuerpo y desarrollando la flexibilidad, concentración y disciplina.
La danza clásica, esta codificada para que sus movimientos de alguna forma, incorporen todo el cuerpo y logren esa armonía que solo el ballet otorga.
Se dice, que "los bailarines sueñan con los pies", pues si, el ballet va mucho más allá, no es solamente tutús y música clásica, es una combinación de sensaciones y sentimientos que forman y acompañan la vida de quienes lo practicamos.
Son historias que contar, anécdotas, amistades de por vida, lógros, fracasos y aplausos! entre muchas otras cosas. El ballet es una niña detrás de un sueño, una pasión en movimiento, que crece cada día y se convierte en un estilo de vida.
Decidí escribir algo sobre el ballet, para entrar en contexto y comenzar a contar más cosas; quienes me conocen y me siguen, saben que soy bailarina, amo el ballet y por ende, tiendo a hablar y publicar muchas cosas al respecto. Ya te contaré más...
Que viva el ballet!